
JUNÍN
CALLE
Conjugando un verbo
Florero
“Son para ti”, le dijo el novio mientras le entregaba a la chica un hermoso ramo de girasoles, rosas y gerberas. Lo que ella no sabía era que esas flores venían desde lejos para expresarle su amor. Eran flores de Junín. De uno de esos puesticos que desde muy temprano abren al público para ofrecer los hermosos colores de las flores frescas que a todos los transeúntes del pasaje Junín atraen. Son esos floristeros los que les hacen una especie de calle de honor a quiénes con prisa o no recorren la parte peatonal del sector. La chica le recibió el ramo de flores y le dijo: Gracias, pero ya no quiero que me regales más flores. No tengo florero.
¿Es junín peatonal un centro comercial?
La Junín de Vallejo, la Junín de hoy
Junín, la pasarela de las maricas que van en busca de un viejito que les mande el fresco. Junín, la pasarela para mostrar quién es el que se está robando toda la clientela. Junín, el lugar donde van los muchachitos vigorosos a conseguir el mejor postor, mientras un montón de viejitos levanta la mirada para escoger a quien lo ayude a estirar la verga.
Esto no ha variado tanto desde las épocas de Vallejo, con una pequeña excepción, el tiempo ha pasado y los usos se van transformando. La extravagancia ha llegado a las calles de junin y la era de la electrónica ha ido poco a poco transformando todo.
Tenemos Friends, un bar ubicado entre Junín con Caracas, al final, como para un indicar que aquí hay un quiebre. Música electrónica suena estruendosa y te invita a mover el cuerpo al ritmo de sus sonidos ficticios. Papel va, pastilla viene, las drogas se han tomado la rumba de Medellín y frente a eso ya no queda nada por hacer. Atrás quedaron las épocas de los boleros y música de corrida acompañadas de un buen aguardiente, pues el aguardiente continua, pero se queda corto en esas ganas de realzar cada sentido que reclama a gritos esta nueva generación, está de los nacidos entre los 80´s y 90´s en los que entre más artificios tengan los productos a consumir, mejor.
Custodiado en su comienzo en la Playa, Junín nos da la impresión de ser un centro comercial al aire libre. Aquí se encuentran almacenes que nos ofrecen el último grito de la moda, restaurantes para todo gusto, heladerías y hasta bares. Cada espacio de la calle parece puesto e impenetrable, como si el orden ya establecido fuese inamovible. Y es que desde la perspectiva de los últimos gobiernos de Medellín que le apuestan a la recuperación de los espacios de la ciudad, con una privatización disimulada, nada de esto es raro. Se entendería que la forma de devolver los espacios a la ciudadanía es limitando los flujos de los mismo, ¡las contradicciones de la ciudad innovadora! A la que por supuesto, le agradecemos que nos devolvieran Junín, pero esperaríamos que la dejaran ser.
Usos, flujos, territorios
Un territorio está conformado por dos tipos de espacios, uno oficial que es el diseñado por los arquitectos delegados del gobierno, y uno no oficial, que es el que habita en el imaginario de sus habitantes. Junín fue concebida como una calle para la clase alta, una calle comercial para ejecutivos, jóvenes y adultos adinerados, que desearan pasar sus tardes en los diversos lugares que le ofrecía Junín; con las transformaciones de la ciudad y el desplazamiento hacia el sur de la clase alta de la ciudad, el centro empezó a “bajar de estrato” y con ello cambiaron significativamente los flujos de sus calles.
Junín goza con la sintonía de sus espacios, el percibido, ya que aún muchas personas van a “juniniar”, al Astor, a Versalles y al Club Unión; en el concebido, pues sigue siendo un lugar de esparcimiento económico y social, aunque actualmente haya sido de algún modo reemplazado por el Parque Lleras en el aspecto social y por los grandes centros comerciales en el aspecto económico; finalmente está el espacio vivido, en parte guarda la sintonía de el lugar para comer, hablar y comprar, pero en parte, en el lado “oscuro” de Junín, podemos encontrar las tiendas de sexo, de esoterismo, los bares gay, los lugares cercanos para nada finos, a lo que fue inicialmente.
En Junín se viven encuentros casuales, encuentros eróticos, encuentros románticos o encuentros familiares, es por ello que no se puede establecer como un espacio fijo; pues al igual que la ciudad, Junín se transforma y poco a poco se vuelve en una extensión de la vida propia de quienes la habitan.

